viernes, 30 de octubre de 2009

Enseñanza musical en el Renacimiento y Barroco

En el Renacimiento, dentro del clima de agitación intelectual del humanismo, Baltasar Castiglione escribió un manual de buenas costumbres llamado El Cortesano (1528). Dice: \"...Habéis de saber que a mí no me parece buen cortesano el que no sea además músico y sea capaz de tocar algún instrumento, porque si lo pensamos bien, no hay mejor descanso para los trabajos ni medicina para las almas más honesta y elogiable que ésta...\"
En el Renacimiento y en el Barroco, la mayoría de los músicos se formaban y trabajaban en las capillas musicales. Se llamaba capilla al espacio del templo donde ensayaban los músicos y, por extensión, al conjunto de músicos encargados de cantar o tocar al servicio de una iglesia o corte.
Las capillas catedralicias estaban regidas por un maestro de capilla, principal responsable de la misma, encargado de cuidar e instruir a los niños cantores, componer la música para el culto, dirigir el coro o presidir las oposiciones de otras plazas de músicos. Para ayudar al maestro había otras plazas como el "maestro de mozos de coro", que instruía a los niños en el canto gregoriano, y el "maestro de canto de órgano", que enseñaba la música polifónica. La capilla también contaba con un grupo de voces adultas, que eran en su mayoría clérigos. Para la entonación de la música gregoriana estaba el "sochantre".
Paralelamente a las capillas catedralicias, existen las capillas reales, e incluso algunas capillas de nobles.
En la Italia del Renacimiento, entre los siglos XV y XVI, surgen los conservatorios, estrechamente vinculados con la vida de los conventos y los monasterios. Los más antiguos son los de la ciudad de Nápoles. Sin embargo, como la mayoría eran instituciones destinadas a la caridad pública, próximos a los asilos de pobres, genéricamente se conocieron con el nombre de Ospedale (Hospital), siendo especialmente importantes en el Barroco los de Venecia.
Estos conservatorios u hospitales atendían preferentemente a niños y jóvenes desamparados, les enseñaban un oficio que les permitiera vivir dignamente y los encauzaban al estudio de algún instrumento musical y particularmente del canto, habilitándolos para participar en las funciones religiosas o para integrarse al servicio de reyes, príncipes o nobles. La atención también se dirigió, en instituciones paralelas y quizá en menor escala y en años posteriores, a niñas y a jovencitas, e incluso a mujeres desamparadas, constituyendo uno de los primeros espacios de educación formal femenina.
Algunos de estos conservatorios – también hospicios y orfanatos – lograron tal calidad en la formación musical, fuera con coros o con conjuntos instrumentales, que se transformaron en verdaderas escuelas especializadas. Progresivamente irán incorporando disciplinas instrumentales suscitando que numerosos compositores italianos de los siglos XVII y XVIII, tales como: Paisiello, Pergolesi, Scarlatti o Donizetti, aparezcan ligados a ellos, bien como estudiantes o como profesores. Vivaldi ejercerá como director, compositor y profesor de violín en el Ospedale de la Pietá en Venecia, centro que llega a contar con una orquesta excelente.
El término conservatorio llegó a significar, finalmente, la función de asistencia social de ‘conservar’ a las poblaciones más jóvenes y desvalidas de los peligros morales propios del abandono y la ‘conservación’ del legado de la música sacra a través de su enseñanza, de la labor de los copistas, del resguardo físico de los repertorios.
Algunas de las modernas teorías que consideran la importancia de la música en el desarrollo de la inteligencia, la sensibilidad y la habilidad motriz, comienzan a gestarse en el Barroco. Por ejemplo, Descartes en su Compendio de Música relaciona de nuevo la música con las matemáticas.

Contiene información extraída de: http://www.monografias.com/trabajos31/conservatorios-musica-historias-olvidadas/conservatorios-musica-historias-olvidadas.shtml

2 comentarios:

Lucas López dijo...

Hola!! Muy interesante la información, comparto la idea de Baltasar Castiglione, todas las personas sin importar su oficio u ocupación, deberían poder disfrutar de la practica musical. No estaba al tanto de cómo había sido el origen de los conservatorios, fue un dato que me sorprendió. Me gustó mucho su blog tiene material muy interesante. Saludos!!

Alejandro dijo...

Hola que tal, soy alejando y soy estudiante del conservatorio provincial de música de Rio Gallegos, Santa Cruz, Argentina. Queria agradecerles por compartir la información aquí difundida y claramente presentada. Pienso que es muy interesante ananlizar o entender la "función" del conservatorio(o una de sus funciones)como el de una entidad publica encargada de otorgar resguardo a los jóvenes, y preservar la cultura musical academica. Al tiempo que (y esto a titulo personal) seria interesante que mantenga sus "muros" permeables a las influencias diversas que puedan enriquecer la cultura musical academica, proveniente de las distintas músicas y expresiones populares y contemporáneas. Gracias por compartir!.

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